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¿Cuánto duran los imanes?

Hay muchos factores que pueden influir en el tiempo que tarda en perder sus propiedades magnéticas. Sin embargo, los imanes mantienen su magnetización durante cientos de años, por ejemplo, un imán permanente, más específicamente de samario tarda 700 años en perder la mitad de su fuerza magnética. Si nos vamos a los imanes de neodimio y de ferrita, estos tienen un magnetismo casi permanente.

Los factores que afectan a la duración de un imán son:

  • El tiempo de vida: el tiempo de vida de un imán no es eterno, con el paso del tiempo los imanes van perdiendo su magnetización inevitablemente, un mal cuidado puede provocar una aceleración del desmagnetización.

  • Cambio de temperatura: dependiendo del tipo de imán permanente, podremos emplear un imán a una temperatura u otra, ya que no es lo mismo un imán de neodimio y un imán de alnico.
    El imán de neodimio tiene una temperatura de trabajo de 80ºC a 200ºC, mientras que el imán de alnico puede resistir temperaturas de -250ºC a 425ºC.

    A la hora de elegir el imán permanente que queremos utilizar, tendremos que tener en cuenta a qué aplicación lo queremos destinar. No es lo mismo destinarlo a sujeción en el interior de hornos, que en separadores magnéticos.

  • Contacto con otros elementos magnéticos: a la hora de almacenar un imán debemos tener en cuenta que haya algún tipo de aislante magnético, como por ejemplo algún separador de plástico. Como ya conocemos el plástico es uno de los aislantes magnéticos más conocidos y utilizados hoy en día; de esta forma evitaremos que la presencia de elementos ferromagnéticos que se encuentren alrededor no perjudique la magnetización del imán.

    De la misma forma tenemos que tener en cuenta que no haya ningún otro tipo de imán permanente cerca, ya que el imán permanente con mayor fuerza magnética le quita fuerza al menor. También guardar imanes cerca con cargas opuestas puede afectar y acelerar la pérdida de la carga del imán.

  • Daño y choque físico: un imán que se ha caído al suelo o se ha visto golpeado en varias ocasiones tendrá su potencia magnética dañada. Dependiendo del imán algunos tienen una resistencia a la corrosión mayor que otros, un ejemplo claro es el imán de neodimio que a pesar de ser el imán más potente este tiene una tolerancia a la corrosión menor, por lo que se suele emplear con un revestimiento niquelado, que hace la función de protección a rozaduras y a agentes químicos externos.

    Para alargar la duración de los imanes tenemos que tener en cuenta estos factores y tratar los imanes correctamente con sus cuidados pertinentes.

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