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El magnetismo en la tecnología

El magnetismo en la tecnología ha ido evolucionando con el paso del tiempo. Está muy presente en muchos ámbitos de nuestra vida cotidiana, siendo de vital importancia para el desarrollo presente y futuro de múltiples sectores.

Desde la antigüedad, las brújulas magnéticas se han utilizado para la navegación. Y hoy en día el magnetismo está presente en una amplia variedad de tecnologías modernas, desde motores eléctricos hasta dispositivos de almacenamiento de datos.

La historia del magnetismo en la tecnología comienza con la invención de la brújula magnética en China en el siglo IX. La brújula se basa en la propiedad de las agujas magnéticas para alinearse con el campo magnético de la Tierra. Y esta se utilizó durante siglos para la navegación en alta mar. Durante la Edad Media, los marinos europeos adoptaron la brújula y la utilizaron para explorar nuevas rutas y descubrir nuevos territorios.

En el siglo XIX, el magnetismo comenzó a ser utilizado en la creación de motores eléctricos. En 1821 se inventó el primer motor eléctrico por el científico británico Michael Faraday, quien descubrió que, al hacer pasar una corriente eléctrica a través de un cable conductor cerca de un imán, se producía un movimiento. Esto llevó al desarrollo de los primeros motores eléctricos, que utilizaban la fuerza del magnetismo para crear movimiento.

Avance de la tecnología junto al magnetismo

A medida que la tecnología avanzaba, el magnetismo en la tecnología se convirtió en una parte cada vez más importante de la electrónica. Siendo, en la década de 1890, el físico francés Henri Becquerel descubrió el fenómeno de la radiactividad, que implicaba la emisión de partículas cargadas eléctricamente. Debido a esto, se desarrolló la tecnología de tubos de vacío, que utilizaba campos magnéticos para controlar el flujo de electrones.

En la década de 1930, el científico alemán Werner Heisenberg descubrió el principio de incertidumbre, que implicaba que la posición y el momento de una partícula subatómica no podían ser conocidos con precisión simultáneamente. Consecuentemente, esto llevó al desarrollo de la tecnología de discos duros, que utilizaba campos magnéticos para almacenar datos.

En la actualidad, el magnetismo en la tecnología sigue siendo una parte fundamental. Por un lado, los motores eléctricos se utilizan en una amplia variedad de aplicaciones, desde electrodomésticos hasta automóviles y aviones.

Por otro lado, la tecnología de almacenamiento de datos sigue siendo un campo activo de investigación. Asimismo, sigue empleando nuevas técnicas que utilizan campos magnéticos para almacenar y acceder a datos de manera más eficiente.

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