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¿Cómo se puede desmagnetizar un imán?

Cuando los polos magnéticos de un objeto metálico se encuentran alineados en una misma dirección se produce el magnetismo. Decimos que se produce la desmagnetización cuando se cambia o hay algún tipo de desorden en los polos magnéticos. Eso se puede producir por varios motivos, ahora te los contamos, así como te adelantamos y te contamos la existencia de herramientas que nos permiten magnetizar y desmagnetizar en cuestión de segundos.

Los materiales se desmagnetizan cuando las moléculas magnéticas que se encuentran dentro de una sustancia son asignadas al azar, causando desorden en el interior del material magnético que previamente estaba alineado.

Entre las múltiples maneras que podemos ver para desmagnetizar un imán te proponemos las siguientes por ser las más usuales.

Puedes calentar un imán hasta el punto de Curie. El proceso puedes hacerlo con dos hilos de cobre que has conectado a un generador o una batería. También puedes ayudarte de un soplete. En el punto de Curie la temperatura que se alcanza hace que se pierdan las propiedades ferromagnéticas hasta que se enfríe de nuevo. La energía que hemos aplicado a los polos magnéticos hará que el imán apunte a direcciones diferentes, por lo que se deformarán los polos.

También es posible desmagnetizar un imán golpeando los extremos de este con un martillo, que hará que se altere el orden del mismo. Golpear un imán con un objeto en general, aplicando fuerza, es un buen mecanismo para lograr este objetivo.

De la misma forma también puedes utilizar un campo de corriente alterna para alterar el orden de los polos magnéticos. Puedes hacerlo a través de la conexión del imán a un circuito de corriente alterna al introducirlo dentro de un solenoide: un bucle de alambre de cobre enrollado que rodea un núcleo metálico y conectado a una corriente eléctrica.

Aunque también existen métodos más sencillos, como frotar dos imanes entre sí, que también puede, en algunos casos, desmagnetizar.

La desmagnetización puede ser voluntaria o involuntaria

Posiblemente, calentar un trozo de metal magnetizado con una llama, generará la desmagnetización, destruyendo el orden de las moléculas dentro del imán. Al calentar un imán, cada molécula es untada con energía. Esto le obliga a que se cambie y se mueva, sacando a cada molécula del orden que tenía dentro del imán y despojando a la pieza de metal de su magnetización o dejándola con muy poca. Este método es posiblemente de los más utilizados y de los que mejores resultados proporcionan.

De la misma forma, cuando un imán se martillea o se forja, las vibraciones que estamos procurando por el impacto en el imán, genera la aleatorización de las moléculas magnéticas dentro de este, rompiendo el orden del imán. Cuanta más fuerza bruta le apliquemos mejores resultados obtendremos.

También podemos utilizar la corriente alterna, ya que esta es capaz de producir un campo magnético que se puede mover y reducir para desmagnetizar materiales. Cuando utilizamos la corriente eléctrica y creamos este campo, llevamos las moléculas magnéticas del imán en direcciones diferentes a las que tenían previamente. Durante el proceso, cuando la corriente alterna es alterada o es reducida, no todas las moléculas que se encuentran en el interior del imán regresan a sus posiciones anteriores, lo que causa la aleatorización de las moléculas y la reducción de la fuerza del imán.

En la actualidad existen muchas herramientas de uso sencillo y económicas que funcionan para magnetizar y también para desmagnetizar. Se utilizan para magnetizar y desmagnetizar herramientas como puede ser puntas de destornilladores.  Es un proceso que apenas lleva unos segundos y muy sencillo, por lo que permite realizar la labor en apenas unos segundos.

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